EXCESOS DEL PASADO

Ayer se entregaron los Premios Príncipe de Asturias y Don Felipe pidió "una reflexión a los excesos cometidos en el pasado". Le faltó valentía para apuntar quienes cometieron esos excesos. valentía que demostró el galardonado, Muñoz Molina con un discurso que era una baño de realidad que emocionaba. Lamentaba la impunidad de quienes nos han llevado a esta situación, hablaba de quién busca trabajo y no lo encuentra, de la corrupción. En definitiva del comportamiento humano... "en un mundo donde los que trabajan ven menguados sus salarios, mientras los más pudientes aumentan obscenamente sus beneficios, un país asolado por la crisis cuyos responsables quedan impunes mientras sus víctimas no reciben justicia"... Acostumbrados a las mentiras y a la pobreza de vocabulario e incluso a la falta de inteligencia, el discurso fue de una brillantez que a nadie dejó indiferente. Os recomiendo su lectura integra.

El Príncipe, hizo lo que pudo. Pero a estas alturas decirnos "España nunca claudicó frente a la adversidad" suena a más de lo mismo. A pedirnos más esfuerzos (imagino que a los de siempre) y para que esa frase coja buen rumbo, el Gobierno debe dar un  giro a sus Politicas Sociales y ayudar a los ciudadanos, porque muchos de ellos ya han claudicado ante la adversidad ya que "son las víctimas que no reciben justicia" como bien nos recordó el Sr. Muñoz Molina.

No nos pidan más. No tenemos más. Somos víctimas de los excesos del pasado. Estamos desolados y expectantes ante un presente donde cada día nos sorprende más la corrupción, sin un futuro de recuperación, como quieren que nos creamos. La realidad es otra. Y nosotros la sabemos ver con claridad. Los que si cometieron excesos en el pasado, viven impunemente. No lo olvidemos. No nos culpabilicen a nosotros.

"Si existe algún conflicto entre el mundo natural y el moral, entre la realidad y la conciencia, la conciencia es la que debe llevar la razón". H. Amiel.

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