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sábado, 18 de mayo de 2013

RECUPERAR LAS PALABRAS

Es tiempo de hablar, para expresarse, escuchar para comprender, dialogar para entender.

La importancia de las palabras, escritas o habladas con toda su riqueza de vocabulario, que hace que debamos buscar entre todas ellas la más adecuada en cada momento.

Hablar sin herir al otro. Si herimos hacemos mal uso del lenguaje, lo utilizamos como arma y es muy dañina. Juzgar, sin saber. Ofender para no seguir hablando.

El hombre, tiene el don del habla para poder expresar sus sentimientos, sus conocimientos, sus pensamientos y socializarse compartiendo, todo ello con los demás.

Recuperemos las palabras. Buscar el tiempo para conversar y enriquecernos. No existe verdad absoluta. Abrir nuestra mente a través de los sentidos, y ponerle palabras que construyan frases.

"No se que decirte". ¿Cuántas veces habéis escuchado esa frase?. Que pobreza. Siempre hay algo que decir. Solo hay que buscar que sea lo correcto a esa situación.

Hablar nos comunica, nos libera. Poder expresar que sentimos y tener a nuestro lado quien nos escuche con atención y más en momentos difíciles, nos ayuda a seguir el camino de la vida.

Huir de quien utiliza la palabra para  mentir, crear tensiones, juzgar o enfrentar, dejar que hablen con los afines a ellos.

Recuperemos las palabras, para entender, empatizar y construir. Hoy más necesario que nunca.

Encontrar tiempo para una tertulia con amigos, buscar un tema que debatir, expresar la diversidad de opiniones. Escuchar. 

Hay otro tiempo para la palabra escrita. Deleitarse con un buen libro y ver como el tiempo se esfuma, porque has quedado atrapado en las palabras, escondidas en sus paginas. Es tiempo de recuperar las palabras.

"El papel más honroso en una conversación corresponde al que da la ocasión a ella, y luego al que la dirige y hace que se pase de un asunto a otro, pues así uno dirige la danza". F.Bacon


 tumejordiaeshoy


2 comentarios:

  1. Qué razón tenía mi admirado sabio José Luis Sampedro, cuando decía que lo importante no es la Libertad, sino la Libertad de Pensamiento. Y yo añado sin libertad de pensamiento no hay opinión y si no hay opinión no hay palabras...

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  2. La palabra sí tiene sentido cuando su fuente de origen es el sentimiento. Muchas palabras abandonaron esta conexión matriz para pasarse a la reacción, y en el sabotaje del sentir ajeno también consiguieron que hablar dejara de tener fundamento. Según lo embalado que vaya el interlocutor, es mejor acomodarse en el silencio e impedir que la corriente alterada de su interesado manejo del sinsentido te arrastre a un terreno en el que saqueará seguro todas tus fuerzas. Discutir con la ignorancia es una pérdida de tiempo: te atrae a un terreno que es donde siempre gana. Cuando el único interés de las palabras es el ruido, el silencio es el efecto sonoro más efectivo. La libertad es de pensamiento, pero también es de palabra y también es de obra. Y entre hablar y escuchar hay la misma relación que existe entre la comida y la deposición. Cuando se digiere mal, cuando se habla sin ser escuchado hay problemas de ruido. Cuando hay interés en que se digiera mal, mejor decir: paso. Las mentiras tienen las patas cortas.
    Un placer leerte.

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